Hablamos del restaurante Sobrino de Botín, el restaurante más antiguo del mundo planta cara a la pandemia:
«Queremos seguir abiertos tres siglos más»
Con esta rotundidad afirman sus propietarios que harán frente como sea.
Y es que, con la situación actual, uno de los sectores más dañado ha sido la hostelería. Con las restricciones y las limitaciones a la movilidad este sector cada vez se ve más apurado y con el futuro incierto.
El restaurante más antiguo del mundo planta cara a la pandemia
Esta situación nos afecta a todos, incluso a restaurantes tan emblemáticos como el Sobrino de Botín. Fundado en 1725, con platos castellanos elaborados en horno de leña, es todo un emblema de nuestra gastronomía.
Aseguran que la situación no es nada fácil, pero este emblemático restaurante madrileño está dispuesto a seguir abierto «hasta que la tierra sea engullida por el sol«.
Después de casi 300 años, esta pandemia obligó a este restaurante a poner por primera vez el cartel de cerrado desde marzo hasta junio de este año. Pero esto no hizo que apagasen su horno de leña, que lleva encendido desde que abrió en 1725.
Este restaurante es historia viva de la restauración, en su bodega, que data del año 1590, el autor británico Frederick Forsyth le hacía un homenaje en su libro «El manifiesto negro«:
«Tres noches más tarde los dos hombres llegan por separado a una pequeña calle del casco antiguo de Madrid, la de los Cuchilleros. A medio camino de lo que no es sino una callejuela hay una vieja puerta de tablones que se abre a un sótano tras bajar unos peldaños. El sótano tiene arcos de ladrillo y es una vieja bodega que data de la Edad Media. Durante muchos años ha servido cocina típica española bajo la razón de Sobrinos de Botín»
Escribía el novelista británico Frederick Forsyth.
Pero no era la única personalidad que se había fijado en este restaurante; Ernest Hemingway ambientó aquí la última comida de una de las obras cumbre de la literatura: «Fiesta«:
«Comimos en Botín en el comedor de arriba. Es uno de los mejores restaurantes del mundo. Tomamos cochinillo asado y rioja alta. Brett no comió mucho. Nunca comía mucho. Yo comí un buen almuerzo y bebí tres botellas de rioja alta».
Escribió el premio Nobel.
Las limitaciones impuestas para luchar contra la pandemia, las reducciones de aforo, toques de queda, los ERTE y los créditos ICO no se lo están poniendo fácil a la hostelería; pero el optimismo de los dueños de Sobrino de Botín hará que, como dicen, sigan abiertos tres siglos más.
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Es una lástima lo que esta pasando la hostelería, ojalá puedan aguantar y seguir otros 3 siglos como ellos dicen
Desde 1975 abierto??!!?? Pues sí ojalá aguante la que nos esta cayendo…