¿Qué es el Kéfir? Conoce todas sus propiedades y cómo utilizar este fantástico probiótico natural

El Kéfir es un popular probiótico que, aunque lleva siglos utilizándose gracias a todos los beneficios que nos aporta, cada vez cuenta con más popularidad en todo el mundo. Es un hongo que produce un proceso de fermentación, en la leche o en el agua, dando como resultado una bebida muy saludable, cargada de probióticos tan beneficios para nuestra salud intestinal. Además, podemos prepararlo en casa si seguimos algunos sencillos consejos para su utilización. Por ello, hoy queremos conocer el kéfir más a fondo, además de ver cómo se utiliza y qué hemos de tener en cuenta si lo tenemos en casa.

¿Qué es el Kéfir?

Pero, aunque ya es un probiótico natural muy popular y conocido, vamos a ver más a fondo en qué consiste.

Como decíamos, el Kéfir, o mejor dicho, los granos de kéfir, son una combinación de bacterias y levaduras que viven agrupadas, formando una masa gelatinosa y granulada. Este hongo, o mejor dicho, colonia microbiana, se añade en la leche o en el agua, pues hay dos tipos de kéfir, donde se alimentan fermentando la bebida.

En el caso de la leche, este microorganismo descompone los azúcares presentes en la leche, convirtiéndolos en ácido láctico, dióxido de carbono y un mínimo porcentaje de alcohol. En este proceso de fermentación, el kéfir consume la lactosa de la leche, por lo que el resultado es apto también para todos aquellos que sean intolerantes a la lactosa.

La tradición cuenta que regalarle Kéfir a alguien, es hacerle una bendición.

Su uso se ha extendido mucho y cada vez es más conocido. Pudiendo actualmente encontrar en el mercado multitud de productos con Kéfir. Pero como con todos los batidos de bote, ten cuidado con el resto de los ingredientes. Siempre será mucho mejor si consigues tu propio kéfir y elaboras estos productos en casa. Además, para poder venderlo, ha de pasar por un proceso de pasteurización, con lo que estas bebidas no contarán con ningún beneficio del auténtico kéfir.

Origen del Kéfir, ¿de dónde proviene?

Llamamos kéfir tanto al hongo en sí, como al yogur o la leche (dependerá del tiempo que lo dejemos) que resulta de la fermentación.

Es uno de los productos lácteos más antiguos que se conocen. Su origen, aunque no se conoce con certeza, se ubica en el Cáucaso, en Europa Oriental. Pues en esa zona a existen registros de esta bebida fermentada en el siglo VIII.

Kéfir de Leche
Kéfir de Leche

Según cuenta la leyenda, el kéfir fue descubierto de manera fortuita. Pues las tribus nómadas de la zona transportaban la leche en bolsas de cuero, las cuales, contenían granos de kéfir. Pues, recuerda que el kéfir no es más que una combinación de bacterias y levaduras. De forma accidental, estas bacterias provocaron el proceso de fermentación dando como resultado lo que llamaron “ayrag”, una bebida de leche ligeramente ácida y efervescente, fermentada en odres de piel de cabra.

Con el tiempo, esta bebida fue considerada un tesoro que se pasaba de generación en generación, debido a sus múltiples propiedades. Hasta que, en el siglo XX los granos de kéfir comenzaron a ser compartidos y se difundieron por todo el mundo. Logrando una importante aceptación.

La palabra kéfir viene del turco “Keif”, que significa: “sentirse bien” o “agradable sensación”. En referencia a la sensación que se tiene después de tomar esta bebida, y que, además, lleva la connotación de bendición. Pues se tiene la creencia de que regalar kéfir a alguien es hacerle una bendición.

¿Cómo utilizar el Kéfir?

Cómo conseguirlo

En la actualidad puedes adquirir granos de kéfir, tanto de agua como de leche, en multitu de comercios especializados o bien en tiendas online. Sin embargo, la tradición dice que ese hongo ha de darse. Es decir, si conoces a alguien que ya lo tenga, pide que te de un poco. Pues este hongo crece a pasos agigantados, y hemos de ir separándolo en trozos más pequeños para evitar una fermentación excesiva.

Pues, dependiendo del tamaño del kéfir, así como del tiempo que lo dejemos, el resultado será más o menos espeso. Por lo que, en función del crecimiento de tu kéfir tendrás que ir repartiendo, o incluso congelando, a medida que tengas mucha cantidad.

Una vez que hemos conseguido nuestro kéfir, ¿qué tenemos que hacer con él?

Para «cuidar» este microorganismo simplemente necesitamos un tarro de cristal, donde pondremos nuestro kéfir con leche. Lo mejor, (y como más va a crecer) es utilizar leche de vaca entera, aunque puedes utilizar la leche que quieras.

La proporción aproximada es de unos 60 gramos de kéfir por cada litro de leche. Como lo normal es que nos lo den pequeño, utiliza un tarrito acorde. Si no es suficiente kéfir y no llega a cuajar la leche, no te preocupes. Tómatela igual y dale tiempo a que crezca (utilizando leche entera crece muy rápido). Aunque también puedes añadir un poco más de leche para que el resultado no sea tipo yogur, si no más líquido. Al ser cuestión de gustos, irás viendo cómo loprefieres.

Para que fermente la leche, déjala de un día para otro. En el tarro donde tenemos el kéfir, añade la leche, y cúbrelo con un trocito de tela limpio. Sujeta la tela con una goma para que no se mueva y no entre nada. Esto es muy importante porque, en el proceso de fermentación, soltará vapores y gases, por lo que no podemos cerrarlo herméticamente.

Cómo utilizar el Kéfir

Como manipularlo y consumirlo

Puedes tomar la leche kefirada todos los días. Simplemente, con ayuda de un colador de plástico, vuelca el contenido del tarro de cristal a un vaso. En el colador quedará nuestro kéfir (hazlo así por si se separase alguno de los gránulos). Puedes ayudarte de una cuchara de plástico para mover el kéfir y separarlo del yogur o la leche.

Vuelve a poner de nuevo el kéfir en el tarro y rellénalo con leche.

Ya puedes consumir la leche o yogur obtenidos. Puedes tomarlo sólo, en el desayuno con fruta, con miel… O incluso elaborar con esta leche batidos, bizcochos, etc.

Es muy importante que todos los utensilios (tanto el colador, la cuchara, etc) que utilicdes con el kéfir sean de plástico. Nunca lo pongas en contacto con nada metálico. Y, por supuesto, nunca lo toques con las manos, pues lo podríamos contaminar.

¿Por qué no se pueden utilizar metales?

Al contacto con un medio ácido, como el kéfir, el metal puede soltar partículas nocivas para la salud. Al ser un producto que vamos a consumir, está totalmente desaconsejado utilizar ningún tipo de metal en contacto directo con el kéfir o en el proceso de fermentación.

Dónde debe reposar

Para que el hongo del kéfir haga su trabajo tendremos que dejarlo al menos, de un día para otro. Pero, ¿dónde lo guardamos? Lo ideal es que esté a temperatura ambiente. La temperatura idónea para que se lleve a cabo el proceso de fermentación es por debajo de los 20ºC.

Sin embargo, como es complicado que una casa que permanezca a una temperatura constante, puedes guardarlo en una bolsa térmica, como las que se utilizan para llevar los táper de comida. En verano, si no quieres dejar la leche en la bolsa térmica o no te parece suficiente, guárdalo en la nevera. No hará exactamente el mismo proceso, ni a la misma velocidad, pero también evitaremos que se eche a perder.

El kéfir también necesita un pequeño mantenimiento

Recuerda cambiarlo de leche cada día, o, como mucho, cada dos días. Dejándolo dos días el resultado será más espeso. Y, una vez a la semana, debemos lavarlo muy bien bajo el grifo. Tras colarlo, en el mismo colador de plástico, bastará con dejarlo bajo el grifo y ayudarnos con la cuchara de plástico para mover nuestro kéfir y que se lave perfectamente. Una vez limpio, procede también a lavar el tarro donde «vive».

Con estos consejos tendrás kéfir por años, y en perfecto estado. Así que podrás beneficiarte de todos sus aportes. Vamos a ver cuáles son:

Beneficios y propiedades de la leche kefirada

Como decíamos, este alimento ha sido muy importante durante siglos debido a la cantidad de beneficios que tiene sobre nuestra salud. Ya los antiguos pueblos del cáucaso transmitían estos conocimientos de generación en generación para que todas las familias se beneficiasen de las propiedades de la leche kefirada. De hecho, es por ello por lo que se ha convertido en un alimento tan popular en todo el mundo.
Vamos a ver cuáles son esos beneficios:

  • Aumenta la inmunidad. El Kéfir cuenta con compuestos como la biotina y el folato, que ayudan a un mejor funcionamiento de nuestro sistema inmune.
  • Al contener grandes cantidades de probióticos también fortalece nuestro sistema inmunológico de bacterias dañinas, e inhibe su crecimiento.
  • También cuenta con propiedades antimicrobianas. Además, ayuda a reducir el colesterol y la presión arterial.
  • Fortalece los huesos. Además del calcio que tomamos con la leche al beber kéfir, éste cuenta con compuestos bioactivos que ayudan a nuestro organismo a absorber correctamente ese calcio. Cuenta con vitamina K2, que mejora la salud ósea y la densidad de los huesos.
  • En general, los probióticos con los cuenta el kéfir ayudan a una buena absorción del resto de nutrientes de la leche, como el fósforo, el magnesio y la vitamina D.

Según un estudio realizado en la Universidad McGill, Canadá, el Kéfir consiguió reduri las células cancerígenas en un 56% en una prueba in vitro.

  • Puede ayudar a combatir el cáncer. Sus compuestos matan las células cancerosas del estómago. Puede retardar el crecimiento de tumores tempranos y su propagación por el cuerpo. Según un estudio realizado en la Universidad McGill, Canadá, mediante una prueba in vitro, en la que se consiguió reducir las células cancerígenas en un 56%.
  • Ayuda en la digestión y favorece la flora intestinal. El kéfir ayuda a mantener un equilibrio óptimo en la flotara intestinal.
  • Ayuda con las alergias. Muchas alergias y problemas respiratorios están relacionados con problemas inflamatorios en el cuerpo. Y el Kéfir es un buen antiinflamatorio natural, por lo que alivia estos problemas y sus síntomas.
  • Por otro lado, los microorganismos vivos del kéfir ayudan a nuestro sistema inmunológico a suprimir, de forma natural, muchas reacciones alérgicas.
  • Mejora la piel. En la piel se refleja cualquier problema que pueda atener nuestro cuerpo. Y el kéfir, ayudando a nuestra flora intestinal a tener un equilibrio óptimo, también hace que esto se vea reflejado en la piel.
    Por lo que es un gran aliado si sufrimos acné, psoriasis o eczemas. Pero también se ha demostrado que los carbohidratos del kéfir mejoran la cicatrización de las heridas y pueden llegar a proteger el tejido conectivo.
  • Mejora los síntomas de la intolerancia a los lácteos. El kéfir ayuda a descomponer la lactosa, lo que la hace más fácil de digerir.

Y, para terminar, ¿Cómo tomar kéfir?

Aunque ya os hemos contado cómo podemos consumir este fantástico probiótico natural, vamos con algunas otras opciones. Mucha gente lo toma solo. Bien fresquito es toda una delicia a la que no necesitamos añadirle nada más.

Pero, además, contamos con muchas otras formas de consumir la leche kefirada. Pero dependerán de cómo de fermentada la dejemos. Por ejemplo, si el proceso de fermentación ha sido corto, o hace frío, verás que la leche kefirada es más líquida. En este caso, podemos elaborar con ella batidos, salsas, postres de todo tipo…

Si por el contrario hace más calor, o bien lo dejams fermentar un par de días, verás que el resultado es más espeso. En este caso podemos tomarlo como si de yogur se tratara. Añadirle todo tipo de fruta, frutos secos, sirope, miel… También podemos utilizarlo para hacer unos estupendos aderezos para nuestras ensaladas. Prueba a mezclarlo con alguna especia, hierbas aromáticas, limón, sal, pimienta, etc. Y crea un aliño de lo más saludable y delicioso.

En definitiva, échale imaginación y utiliza la leche kefirada o el yogur resultante en tus recetas favoritas.


Y vosotros, ¿tomáis kéfir? ¿lo conocíais? Si os ha gustado, recordad dejarnos vuestros comentarios, ideas, consejos… ¡Nos encanta leeros! También podéis seguirnos en las redes sociales para estar al día de todas nuestras publicaciones. Nos podéis encontrar en Twitter, Facebook, Instagram y Pinterest.

¡Hasta la Próxima!  

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Emma
Emma
3 años hace

Estoy encantada con tu artículo del kefir , muy interesante gracias.

Kely
Kely
3 años hace

Yo lo tengo desde hace años ya, y si, si no vas regalando… Te come el a tí! Porque crece una barbaridad, por lo menos el mío. Lo tengo en leche entera y para que guarde la temperatura lo tengo en una neverita portátil, de esas que comentas y la verdad que desde que empecé a tomarlo me bote muchísimo mejor!!

Diana
Diana
3 años hace

Qué completo el artículo!! Una guía muy buena para utilizarlo correctamente. Yo lo tengo desde hace unos meses y había cosas que no sabía!

Merche
Merche
3 años hace

Muy buen artículo, sabía que el kéfir era bueno pero no conocía todas las propiedades que tiene, que bárbaro!

Vikae
Vikae
3 años hace

Espectacular artículo.
No sabía que era tan bueno el kefir, un compi del curro siempre lo toma y nunca le hice caso…