Las setas de cardo son una seta muy apreciada a nivel gastronómico; y una de las más conocidas en nuestro país. Con el nombre en latín de Pleurotus eryngii, estas setas crecen cerca de lo cardos silvestres (eryngium campestre), a los que están conectadas bajo tierra. Además, abarcan gran parte de territorio en todo el mundo, desde la India hasta la cuenca mediterránea. Si vosotros también sois unos grandes apasionados de estas setas, acompáñanos para ver cómo conservar la setas de cardo.
Pero antes, vamos a conocerlas uno poco más a fondo. Estas setas, que podemos encontrar en otoño y primavera, crecen siempre en zonas donde hay cardos silvestres. Pues su pie y las raíces de éste están conectadas bajo tierra. De ahí el nombre que recibe: Seta de Cardo.
Aunque puede contar con diversas tonalidades, que van desde los colores crema hasta el marrón oscuro, pasando por todos los tonos intermedios, es fácilmente reconocible. Además de tener que haber necesariamente cardos en la zona, las láminas de la seta son decurrentes hacia el pie. Lo que quiere decir que se prolongan hacia él. Una clara señal de que es una seta de cardo.
Pero recuerda que las setas pueden llegar a ser muy peligrosas si no estamos bien familiarizados con ellas. Así que si no las conoces bien, y no estás seguro al 100%, es mejor no arriesgar.
Índice de Contenidos
Cómo conservar las Setas de Cardo
Al igual que la mayoría de las setas, contamos con multitud de maneras para conservarlas durante largos períodos de tiempo y que nos aguanten como el primer día. Por lo que escoge el método que más cómodo te resulte, o que mejor se adapte a la cantidad de setas que has recolectado o al uso que vayamos a darle.
Pero antes de conservarlas, hemos de lavarlas correctamente. Aunque ya vimos con detalle cómo limpiar las setas de cardo, vamos a ver un pequeño resumen:
Primero, y, preferiblemente mientras estemos recogiéndolas, retiraremos toda la tierra posible, para evitar que se ensucien de más unas a otras.
Un vez en casa, las limpiamos con un cepillo y un paño húmedo. Si tuvieran demasiada tierra, o tuviéramos que limpiar demasiadas setas, siempre podemos recurrir al agua, aunque no es lo recomendable.
Si no nos queda más remedio que limpiarlas bajo el grifo, las dejaremos secar al aire antes de utilizarlas en nuestras recetas. Para que, de esta forma, se evapore todo el agua que hayan absorbido de más.
Métodos para Conservar las Setas de Cardo: Congeladas
Como todas las setas, las setas de cardo también pueden congelarse. Es una forma muy cómoda y rápida de conservarlas. Además, contamos con dos maneras para hacerlo: podemos congelarlas en crudo o bien cocinadas.
Aunque bien es cierto que no es el método favorito de los expertos. Pues indican que afecta mucho a la textura y cuerpo de la seta. Ya que, al congelarse, como son en más de un 90% agua, las fibras se romperían y quedarían demasiado blandas. Además perderían también algo de sabor. Lo que podemos evitar congelándolas ya cocinadas. Aún así, escoge la opción que más te convenza:
Congelándolas en crudo
Si queremos congelar las setas en crudo, primero las limpiaremos, como hemos visto anteriormente. Una vez limpias, las laminamos, y congelamos.
Si queremos evitar que se apelmacen, las congelaremos por tandas. En bandejas amplias, colocamos las setas laminadas, sin apelmazar. Congelamos entre una y dos horas y, cuando ya estén congeladas, las guardaremos en una bolsa o un táper. Así, cuando queramos utilizarlas, podremos coger sólo las que necesitemos.
Congelándolas cocinadas
Para ello, una vez las hayamos limpiado, las cortamos en láminas o en daditos, como prefiramos, y las sofreímos en aceite, hasa que estén cocinadas.
O bien, podemos hervirlas enteras, un par de minutos. Una vez cocinadas, dejamos que enfríen, y congelamos.
NOTAS
* No olvides etiquetar siempre los alimentos que congeles: indica el alimento que es, la fecha en la que lo has congelado y el procedimiento (si es en crudo, si es guisado…).
* Para descongelarlas:
Pásalas del congelador a la nevera, un día antes de utilizarlas, para que se descongelen despacio.
Setas de Cardo Deshidratadas
Al igual que si las congelamos, también tenemos dos opciones para deshidratar las setas de cardo, y es una perfecta forma de congelarlas durante largos periodos de tiempo.
Podemos hacerlo bien al aire, o bien en el horno. Aunque esta segunda opción no parece muy asequible con los precios que sufrimos, ya que necesitamos hornearlas de tres a cuatro horas.
Escojamos la opción que escojamos, empezaremos de la misma manera: Las limpiamos bien, las laminamos, en láminas de unos 3 milímetros de ancho aproximadamente, y escogemos la forma en que vayamos a deshidratarlas:
Deshidratar las setas al aire
Disponemos las setas laminadas en bandejas, sobre papel absorbente, colocándolas de forma espaciada, sin que se apelmacen ni estén unas sobre otras. Las dejamos al aire unos días hasta que queden completamente secas.
¿Cuánto tiempo? Entre dos y cuatro días. Dependerá del lugar en el que nos encontremos, del clima, la humedad, la temperatura…
Conservar las setas de cardo Deshidratas en el horno
Cuando tengamos las setas laminadas, las colocamos en la bandeja del horno, sobre papel vegetal. Horneamos a baja temperatura, entre 40 y 50ºC, durante unas 3-4 horas, hasta que queden bien deshidratados.
NOTAS
* Independientemene del método que hayas escogido, una vez tengamos las setas de cardo deshidratadas, las conservaremos guardándolas en tarros de cristal herméticos. Los ponemos en lugares oscuros y secos, lejos de la luz natural. Y siempre en tarros etiquetados con el producto y la fecha.
¿Cómo rehidratar las setas?
Si hemos optado por conservar las setas de cardo deshidratándolas, cuando queramos utilizarlas en nuestras recetas, tenemos que rehidratarlas.
Para ello, las colocaremos en un cuenco, añadimos agua ligeramente templada y dejamos reposar hasta que hayan recuperado su tamaño. Aproximadamente, entre 30-40 minutos será suficiente.
Cómo conservar las sets de cardo en Aceite
Podemos conservar las setas de cardo en aceite, de la misma forma que hacíamos, por ejemplo, con los Boletus. Para ello, una vez tengamos las setas limpias, vamos a trocearlas, y las sofreímos en aceite hasta que queden cocinadas. Esperamos a que enfríen y guardamos en un tarro de cristal, con aceite nuevo (no utilizaremos el aceite donde las hemos cocinado).
Cubrimos bien con aceite, dejando un centímetro sin llenar, aproximadamente. Y continuamos sellando los tarros al vacío, hirviéndolos. Ponemos los tarros en una olla amplia, colocando un paño de cocina en el fondo, para evitar así que puedan romperse. Ponemos los tarros, cubrimos con agua, y hervimos durante media hora aproximadamente.
Pasado ese tiempo, ya tenemos nuestras conservas de setas de cardo listas para guardar, en un lugar fresco y seco, lejos de la luz natural.
Y por último, conservar las setas de cardo en sal
Para ello, primero escaldamos las setas. Ponemos una olla con abundante agua y llevamos a ebullición. Cuando hierva, metemos las setas unos pocos minutos para escaldarlas. Sacamos y escurrimos el exceso de agua.
Una vez escaldadas, las pondremos en un tarro bien limpio y seco, previamente esterilizado, de la siguiente manera: Ponemos una capa de sal, una de setas. Y continuamos alternando capas de esta forma, pero termina siempre con una capa de sal. Cuando hayamos llenado el bote, cerramos bien.
Cuando queramos utilizarlas recuerda lavarlas muy bien, para retirar el exceso de sal. Y no olvides etiquetar el tarro con el producto y la echa.
Ahora que hemos visto todas las formas que encontramos de conservar las setas de cardo, puedes escoger la que más te convenga, o la que más cómodo te parezca. Escoge en función del uso que quieras darle después a las setas, o en función de la cantidad que hayas recogido. Además, estos métodos son aptos para muchas otras setas más, prácticamente todas las setas se conservan de la misma manera.
Y vosotros, ¿Qué método preferís? ¿Conocíais estas formas de conserva? ¿Conocéis otros métodos? Recuerda dejadnos vuestros comentarios, ideas, opiniones… ¡Nos encanta leeros!
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