Las gambas al ajillo son un aperitivo súper socorrido. Es fácil y rápido de hacer, y, además, está buenísimo. Para preparar esta receta de Gambas al ajillo necesitarás muy poquitos ingredientes. También es una opción ideal como entrante, eso sí, recuerda tener pan a mano, pues seguro que no podrás dejar de mojar (y si es casero, mucho mejor).
Receta de Gambas al Ajillo
Esta receta, tan popular de nuestra gastronomía, es siempre un triunfo. Además, las gambas son un alimento muy saludable que nos aporta multitud de nutrientes y beneficios.
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Gambas al Ajillo
Ingredientes
- 1 Kg Gambas
- 20 Dientes de Ajo
- 2 Guindillas secas (opcional)
- Aceite de Oliva Virgen Extra
- Sal
Elaboración paso a paso
- Comenzamos pelando las gambas. Una vez peladas, las lavamos bien en un bol con agua. Secamos con papel absorbente y retiramos el intestino.
- Ponemos en una cazuela el aceite de oliva y las guindillas. Pelamos los dientes de ajo y los picamos en láminas finas. Pon la cacerola al fuego y deja que se doren los ajos, a fuego medio. Peo con cuidado que no se quemen, pues amargarían nuestro plato. Retiramos los ajos antes de añadir las gambas. Reserva.
- Incorpora las gambas, previamente escurridas a la cacerola, sube el fuego, sala al gusto y cocina un par de minutos. Añade entonces los ajos con las guindillas y mezcla bien. Cocina de nuevo un par de minutos más, todo junto, hasta que la gamba esté en su punto. Sirve bien caliente.
Notas
Al día siguiente, cuando comiences tu receta, lávalas con agua y sécalas con papel absorbente, igual que hicimos con las gambas frescas.
Información Nutricional
Como habéis visto, la receta es súper sencilla. El uso de la guindilla es opcional. Para mi le da un punto riquísimo, pero si no os gusta demasiado el picante, con los ajos es suficiente e igualmente te quedarán buenísimas. Pero para conseguir que tengan su punto exacto, es importante tener algunos detalles en cuenta.
Trucos para conseguir unas gambas al ajillo en su punto
Quizá lo más complicado de esta receta es darle el punto exacto de cocción a las gambas. Al soltar mucha agua corremos el riesgo de que no se frían en el aceite, si no que se cuezan. Para evitar esto es fundamental secarlas muy bien.
Si vamos a utilizarlas congeladas, es imprescindible descongelarlas correctamente. Como os decíamos en la receta, para ello necesitaremos dos recipientes: un bol para recoger el agua que soltarán al descongelar; y un colador o rejilla para poner las gambas sin que estén en contacto con el agua.
Para darles un extra de sabor, también puedes añadir un chorrito de vino blanco cuando incorporemos las gambas a la cacerola.
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La verdad que a mí nunca me quedan bien. O demasiado blandas o las cocino demasiado y se quedan tiesas. Creo que es por el agua, viendo tu receta nunca las he descongelado bien así que me guardo esta receta y la probaré pero con gambas frescas porque la verdad que me encantan las gambas al ajillo, a ver si aprendo a hacerlas bien