Los níscalos, también conocidos como rebollones, con una seta silvestre muy apreciada en la cocina. Cuenta con un potente y riquísimo sabor muy característico. Y d iría que es una de las seas más conocidas por los aficionados a la micología; gracias a que es fácilmente reconocible debido a su color naranja. Los níscalos o rebollones son de nuestras setas favoritas para utilizar en la cocina. Por ello, hoy vamos a conocer esta seta un poco más a fondo, sus características, cualidades, dónde recogerlos…. Y muchas recetas para degustarlos.
El Níscalo: Características
Su nombre en latín ya nos da una pista de este manjar: «Lactarius Deliciosus». Y es que realmente está delicioso. Además es una seta muy versátil en la cocina. Desde cocinarla simplemente a la plancha, hasta en guisos de todo tipo. Queda estupenda y mejora cada plato en el que la incluyamos.
La principal característica del níscalo es su color anaranjado. Tan peculiar (al igual que sus láminas, que también han de tener esta tonalidad). Si nos fijamos, el sombrero cuenta con círculos concéntricos más oscuros.
Su pie es ahuecado y corto.
Cuando se trata de una seta joven, el sombrero se enrolla hacia dentro en los bordes. Según envejece, va abriéndose hasta llegar a una forma embudada.
Aunque el níscalo es fácilmente reconocible, existe una grandísima variedad de setas de la misma familia, muchas de ellas tóxicas o no recomendables para el consumo. Por ello, siempre os aconsejamos no recoger setas silvestres si no estáis totalmente seguros de cuál es.
Temporada y Zonas óptimas para su recolección
Su temporada ideal es el otoño, aunque según la temperatura y lluvias de la zona pueden recogerse ejemplares hasta enero.
Respecto a las zonas, encontraremos rebollones en bosques de coníferas, especialmente del género Pinus. Otra de sus características es que necesita lugares húmedos, con abundante lluvia.
Si encuentras un níscalo, revisa bien los alrededores, pues seguro que hay alguno más en la zona.
Usos de los níscalos o rebollones en la cocina
El níscalo cuenta con un potente sabor, que lo hace perfecto para utilizar en guisos de carne o recetas con sabores fuertes. Aunque está igual de bueno en casi cualquier receta.
Una buena opción para disfrutar al máximo del sabor del níscalo es cocinarlo al ajillo. Otra riquísima receta donde es el protagonista es en este guiso de níscalos con patatas.
Como decíamos, es una seta ideal para multitud de recetas. Otras opciones son cocinar los níscalos con huevos rotos; o incluso degustarlos en un paté de níscalos caseros.
Lo único que hemos de tener en cuenta, como nos ocurre con todas las setas, es su delicadeza.
Una de las características del níscalo es que en las zonas por donde se ha cortado (o si lo hemos dañado o manipulado demasiado) le salen manchas verdes, se oxida. Y al utilizarlo en la cocina no se verá muy agradable si tiene muchas manchas. Por ello, al recoger los rebollones lo haremos con cuidado, intentando no dañarlos ni tocar sus láminas, pues éstas se oxidan más fácilmente.
A la hora de limpiarlos, intenta hacerlo en seco. Será suficiente con un pincel o cepillo suave y un paño o papel de cocina. Otra opción es retirarles la tierra con un paño húmedo. Pero debemos evitar lavarlos bajo el grifo, ya que podrían acumular un exceso de agua, echándonos a perder la receta.
Si aún así tienen demasiada tierra y no consigues lavarlos bien, puedes lavarlos bajo el grifo pero siempre justo antes de echarlos a la sartén. Nunca laves los níscalos mucho antes de utilizarlos en tus recetas, pues perderán sabor y textura. Para evitar esto, es importante retirar toda la tierra que podamos justo cuando los hemos recogido.
Cómo conservar los níscalos
Si no vas a utilizar los níscalos en unos pocos días o has cogido demasiados puedes conservarlos de forma fácil deshidratándolos o congelándolos. Vamos a ver cómo hacerlo:
Níscalos Deshidratados, conservar los níscalos en buen estado
Comenzamos limpiando bien las setas con un paño y un cuchillo, para retirar las zonas que tengan dañadas. Los cortamos en láminas finas, y colocamos en una zona seca y aireada hasta que queden completamente secos.
Otra opción para deshidratarlos es colocar esas finas láminas en la bandeja del horno y hornear a 90ºC hasta que queden bien secas (al menos 2 horas). Dejamos enfriar bien antes de guardar.
Cuando queramos utilizarlos de nuevo simplemente tendremos que rehidratarlos. Para ello las pondremos en agua tibia durante al menos, media hora. Verás que están listas cuando hayan recuperado su volumen.
Congelar las setas
Otra opción que tenemos para conservar nuestras setas es congelándolas. P ara ello, después de limpiarlas bien, las cortaremos en trozos y las guardaremos en una bolsa hermética, donde las congelaremos hasta que queramos usarlas de nuevo.
Y para terminar, vamos a ver los beneficios que nos aporta consumir níscalos
Los níscalos o rebollones, además de ser un ingrediente delicioso en nuestra cocina en los días de otoño, cuentan con multitud de propiedades y beneficios para nuestro organismo. Entre ellos destaca su aporte de vitaminas D, A y vitaminas del grupo B.
Además, son perfectos para dietas de adelgazamiento, ya que cuentan con muy bajo aporte de grasas y son muy saciantes.
Otra de las cualidades de los níscalos es su propiedad antioxidante y antimicrobiana. Si quieres conocer todos los beneficios de comer esta estupenda al detalle, no te pierdas «Los níscalos o rebollones, conoce todos los beneficios y propiedades que nos aporta esta seta con tanto sabor«.
Como veis, los níscalos son una seta muy versátil en la cocina y muy saludable. Además es todo un placer salir a buscarlos y dar esos agradables paseos por la naturaleza. Y, si además consigues una buena cesta de níscalos, ¡será espectacular!
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Muy completo el artículo ¡Deseando que llegue de nuevo la temporada de níscalos para salir a buscarlos!