¡Comienza la temporada de setas! Una gran época para todos los amantes de la micología. Una estación para salir a dar agradables paseos por la naturaleza, disfrutando de los colores del otoño; y, sobre todo, descubriendo setas de todo tipo. Pero, sin duda, si existe una seta conocida por todos, esa ha de ser el níscalo. O la seta de los mil nombres, porque en cada lugar se conoce de una manera. Pero la llames como la llames, es una seta de sobra conocida y muy rica para incluir en tus platos. Además, si tenemos suerte y conseguimos una buena cesta de este hongo, los podremos conservar de multitud de maneras para disfrutar los níscalos durante todo el año.
Pero antes, vamos a conocer un poco más sobre el níscalo. Esta popular seta es muy apreciada. Cuenta con un potente y característico sabor que la convierten en un ingrediente imprescindible, en cuanto llega el otoño, de todo tipo de platos. Por ejemplo, es perfecto para hacer reconfortantes y sencillos guisos, a los que los níscalos darán un espectacular toque de sabor. Como unas sencillitas patatas con níscalos, un plato tan humilde como delicioso.
Pero también podemos hacer platos más elaborados, como el arroz con níscalos. O si quieres un aperitivo muy original, prueba este paté de níscalos.
Esta seta silvestre tan popular, es fácilmente reconocible debido a su característico color anaranjado. Además de su forma y su fama, que la convierten en una seta muy conocida. Casi todo el mundo, aunque no sea aficionado a la micología, sabe distinguir perfectamente los níscalos; o la seta de los mil nombres.
Sí, has leído bien, y es que el níscalo cuenta con infinidad de nombres. Además de níscalos, se conocen como rebollones, mízcalo, esnato, fungo de muña… entre muchos otros.
Pero, antes de preparar nuestros níscalos para conservarlos hemos de limpiarlos muy bien. Y recuerda que, como todos los hongos, son alimentos delicados. Por lo que, lo mejor es no lavarlos bajo el grifo. Pues podemos echar a perder su aroma, textura, sabor… Y todo el guiso con ello. Así que echa un vistazo a estos sencillos trucos para lavar correctamente los níscalos. Además, puedes seguir estos consejos tanto si has recogido los níscalos tú mismo como si los has comprado.
Y, ahora que sabemos como limpiarlos correctamente, vamos a ver todas las formas que tenemos para conservarlos.
Cómo conservar los níscalos y que duren todo el año
Contamos con muchas maneras de conservar los níscalos y tenerlos listos durante todo el año. Sólo tendrás que escoger el método que más te guste, o más cómodo te parezca.
Ten en cuenta también la duración de cada método de conserva, pues dependerá del tiempo que necesites conservar estas setas que escojas uno u otro.
Vamos a comenzar con el más sencillo: congelar los níscalos.
Níscalos Congelados
Sin duda, uno de los métodos más efectivos, sencillos y rápidos. Las setas congeladas, y entre ellas, los níscalos, pueden aguantar en perfecto estado hasta 6 meses.
Además, tenemos dos formas de congelarlos. Bien en crudo, o bien ya cocinados.
De sobra sabemos que son muchos los guisos que podemos congelar, pero en este caso hablamos de congelar los níscalos con un leve sofrito. Para tenerlos listos para utilizar en cualquier otra receta. Vamos a ver cómo conservar nuestros níscalos congelados:
- Congelándolos en crudo
Una vez tengamos bien limpios los níscalos (recuerda limpiarlos en seco, nunca bajo el grifo), los trocearemos al gusto y los guardamos en el congelador.
Si tenemos gran cantidad, los guardaremos en bolsas del tamaño que mejor nos venga a la hora de utilizarlos.
- Conservar los níscalos congelándolos cocinados
Si por el contrario prefieres congelarlos ligeramente congelados, podemos saltearlos antes. De esta forma también te servirán para cualquier tipo de elaboración. Sólo has de tener en cuenta, cuando los utilices en la receta, que ya han sido salteados (para así evitar pasarnos de cocción).
Cundo tengamos los níscalos bien limpios, los troceamos al gusto. Y, en una sartén, con un chorrito de aceite, los cocinamos unos cinco minugos.
Retiramos del fuego, esperamos a que se enfríen y los guardamos en el congelador bien en un táper, en un tarro o una bolsa hermética.
Deshidratados
Otra forma de conservar cualquier tipo de seta, incluidos los níscalos, es deshidratándola. De esta forma, nuestros níscalos aguantarán en perfecto estado hasta 1 año. Cuando queramos incluirlos en nuestras recetas, bastará con rehidratarlos (más adelante veremos cómo, es muy sencillo).
Al igual que para congelarlos, para deshidratar los níscalos también tenemos dos opciones. Podemos hacer bien al aire libre, si contamos con un lugar donde poder dejarlos secar al sol; o bien podemos hacerlo con el horno. Aunque esta última es menos recomendable, sobre todo en los tiempos que corren. Pues necesitaremos tener el horno encendido algunas horas.
Para deshidratar los níscalos, una vez estén limpios, lo que haremos será laminarlos. Con un cuchillo bien afilado cortaremos nuestros níscalos en láminas finas. Las colocamos en una bandeja sobre papel vegetal y los colocamos en una zona aireada hasta que queden completamente secos. Verás que han disminuido su volumen considerablemente.
El tiempo de secado dependerá de la zona en la que vivamos y las condiciones que haya. Podemos tenerlos listos en pocos días, o bien, si vivimos en un lugar muy húmedo, necesitaremos dejarlos secar más tiempo.
Otra opción es hacerlo al horno, pero tendremos que tener las setas entre 3 y 4 horas a unos 40ºC. Por lo que es la opción menos económica y menos viable.
Cuando las setas estén bien secas, bastará con guardarlas en un tarro hermético y cerrar bien. Lo dejamos en un lugar fresco y seco, alejado de la luz solar. Y no olvides etiquetarlo con la seta que es y la fecha en la que las has deshidratado.
¿Cómo rehidratar los níscalos deshidratados?
Rehidratar los níscalos, o cualquier otra seta que hayamos deshidratado es muy sencillo. Bastará con dejarlas una media hora en un recipiente con agua caliente. Simplemente tenemos que esperar a que las setas recuperen su volumen, y ya estarán listas para utilizar en las recetas que prefiramos.
Conservar los Níscalos cocidos, al vacío
Otra manera de conservarlos es guardarlos simplemente cocidos, en tarros de cristal, a los que posteriormente haremos el vacío para que aguanten en perfecto estado.
Simplemente cortaremos los níscalos, una vez limpios, en trozos (a nuestro gusto). En una olla amplia ponemos agua y llevamos a ebullición. Cuando comience a hervir, cocemos unos minutos los níscalos y los retiramos del agua.
Guardamos en tarros de cristal (preferiblemente sin estrenar, y previamente esterilizados) con el agua donde los hemos cocido. Y, finalmente, hacemos el vacío en los tarros.
Para ello, cerramos bien y los ponemos en una olla con agua hirviendo durante unos 40 minutos. Después, dejamos enfriar, y ya teneos listas nuestras conservas de níscalos.
Níscalos en Aceite
Otra opción es conservar los níscalos en aceite. El proceso es similar al anterior, pero los cocinaremos en aceite. Para ello, cocinamos las setas a fuego lento, en un chorrito de aceite. Cocinamos unos pocos minutos, a fuego medio, hasta que suelten todo el agua.
Escurrimos los níscalos ya cocinados y los ponemos en un tarro de cristal, previamente esterilizado. Cubrimos con aceite nuevo y guardamos en la nevera. De esta forma nos durarán los níscalos en buen estado durante semanas.
O bien, dejamos un par de centímetros sin llenar y hacemos el vacío de la misma forma que hicimos en el paso anterior. Así, podremos guardarlo en la despensa (no será necesario tenerlos en la nevera) y aguantarán muchos meses más).
NOTA: Si optas por este método de conserva, no tires el aceite donde has cocinado tus níscalos. Pues estará limpio y con un agradable sabor. Por lo que puedes utilizarlo en otras elaboraciones.
Conservar níscalos en vinagre
Y por último, otra forma de conservar nuestros níscalos es en vinagre. Para ello, sólo neccesitaremos vinagre, agua y sal, y un tarro hermético.
Ponemos una olla con agua, al fuego. En cuanto comience a hervir, añadimos las setas previamente limpias. Cocemos unos 4 minutos, sacamos del agua y reservamos.
Mientras se enfrían, vamos a poner una olla con agua a hervir, que será con el agua que cubramos nuestros níscalos.
Esperamos a que las setas se enfríen y las colocamos en jun tarro de cristal (esterilizado). Cubrimos con el agua que habíamos hervido, una vez esté fría, y con vinagre. Por cada parte de vinagre añadiremos dos de agua. Añadimos una pizca de sal y cerramos bien el tarro.
De esta forma, nos pueden durar meses. Pero una vez abierto, tendremos que consumirlo pronto.
Como ves, son muchos los métodos que tenemos para conservar nuestros níscalos en buen estado y poder disfrutar de esta seta durante todo el año. Además, los níscalos o rebollones son una seta de lo más saludable, pues cuenta con multitud de propiedades y beneficios para nuestra salud.
¿Os gustan las setas? Entonces seguro que conoces los Boletus Edulis, así que no te pierdas los métodos para conservar durante más tiempo esta seta gourmet.
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